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Este lugar nació de una pregunta: ¿y si montamos algo bonito? Hoy la respuesta está en cada café que servimos, en cada conversación que compartes, en cada momento que te regalas.
No todo empieza con un plan. A veces, empieza con una taza de café. Una conversación. Un “¿y si montamos algo bonito, de verdad?”. Así nació Bar Capricho: de una idea sencilla y de las ganas de ofrecer algo que hiciera bien.
María Isabel, fundadora y alma de este rincón en Argallón, soñaba con un lugar donde cada detalle contara: el aroma al entrar, la espuma bien servida, la fruta recién cortada. Un sitio donde no solo vengas a tomarte algo, sino a respirar. A parar un poco.
Y así lo hicimos: creamos un espacio acogedor, sin pretensiones, con productos reales y atención de las que ya no se ven. Aquí no hay automatismos. Hay cariño. Hay ganas. Y hay historias que se tejen en cada mesa.
¿Nuestro secreto? Escuchar. Mejorar cada día. Y servirte como nos gusta que nos sirvan: con una sonrisa, con tiempo, con respeto.
Hoy, Bar Capricho no es solo un bar. Es tu segundo salón. Tu pausa favorita. El lugar donde siempre vas a querer volver. Porque aquí, lo que se hace con amor, sabe mejor.
No somos franquicia ni fórmula repetida. Somos personas que creen en lo simple, en lo hecho a mano, en los espacios donde se respira humanidad. Así nació esto. Así sigue.
Reserva online en segundos, sin complicaciones. Tú decides cuándo y con quién venir.
Ponemos cariño en cada detalle: ambiente, bebida, atención y buena energía.
Te sentamos, servimos y cuidamos. Aquí mandan tus tiempos, no el reloj.
